lunes, 22 de noviembre de 2010

¡ALTO a la violencia contra las mujeres!


El 17 de diciembre de 1999, a través de la resolución 54/134, la Asamblea General de las Naciones Unidas - ONU, declaró el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La fecha fue elegida en conmemoración del brutal asesinato en 1960 de las tres hermanas Mirabal, activistas políticas de la República Dominicana, por orden del gobernante dominicano Rafael Trujillo (1930-1961).
Para la ONU Mujeres, la violencia se ha convertido en una "pandemia mundial", porque tres de cada cuatro mujeres han sufrido violencia o van a sufrir a lo largo de su vida a manos de un hombre y cada 15 segundos una mujer es agredida.
La violencia de género está en todas partes, en el hogar, el trabajo, el mercado, las calles, la escuela, la universidad, en las organizaciones e instituciones públicas y privadas, etc. Hay de diversos tipos: físico, sexual, psicológica, económica, cultural, etc.; y adoptan diversas formas: violaciones; la trata de mujeres y niñas; la prostitución forzada; la violencia en situaciones de conflicto armado, como los asesinatos, las violaciones sistemáticas, la esclavitud sexual y el embarazo forzado.
También forman parte los asesinatos por razones de honor; la violencia por causa de la dote, los crímenes de odio; el infanticidio femenino y la selección prenatal del sexo del feto en favor de bebés masculinos; la mutilación genital femenina y otras prácticas y tradiciones perjudiciales. El no contar con un Trabajo Decente, la discriminación por género, el acoso sexual y físico, la persecución sindical en los lugares de trabajo entre otros, también constituyen formas de violencia.
En nuestro país, la violencia de género es como el pan de cada día. Según el Sistema de Registro Nacional en Violencia Familiar y Sexual del MIMDES, en el 2009, se registró 40,882 mil casos de violencia familiar y sexual. En el 2010 desde enero a junio, han ocurrido 54 casos de feminicidio y 25 tentativas de los mismos; es decir, hay un promedio de 12 mujeres asesinadas al mes.
De acuerdo a la encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes), el 38.8% de las mujeres en edad fértil ha sido víctima de violencia física por parte de su esposo o cónyuge; osea de cada 10 mujeres, cuatro han sido agredidas físicamente por sus parejas.
No cabe duda que la perpetuación de la violencia contra las mujeres, entre otros factores, esté ligada al sistema hegemónico egoísta y discriminador que todavía subyace en las estructuras de nuestra sociedad y continúa ejerciendo el poder, dominación y control sobre la vida de las mujeres. No se podrá terminar con la violencia de género, si se continúa brindando una educación sexista en los hogares, en la escuela, las universidades, etc.
Asimismo, mientras los programas sociales continúen haciendo dependientes a las mujeres; teniendo leyes y normas blandas, androcéntricas y con escaso presupuesto; servicios de atención y justicia insuficientes e ineficientes; y la existencia de negocios y medios de comunicación que venden la imagen de la mujer como un objeto sexual, doméstico, débil e inútil.
Definitivamente, erradicar la violencia contra la mujer, no sólo es tarea del Estado, requiere una corresponsabilidad social de los medios de comunicación, la escuela, las familias, la sociedad civil, los sindicatos, las empresas, etc. Cada quien tiene una responsabilidad.
Muchas veces ya se ha explicado que la violencia trae serias consecuencias para la salud de las mujeres, que incluso las llevan a la muerte.
Asimismo, el impacto económico y social de la violencia, puede extenderse a una pérdida del potencial de la mujer, negándole una participación efectiva en el mercado laboral, percibir bajas remuneraciones y la inserción en empleos precarios e indeseables que las sucumbe en el círculo vicioso de la pobreza, frenando así el desarrollo económico, social y democrático de nuestro país.

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